"De niños pensábamos que cuando llegáramos a ser mayores ya no seriamos vulnerables. Pero madurar es aceptar nuestra vulnerabilidad. Vivir es ser vulnerable."
Cuando eres niño, juegas a ser mayor. Cuando eres mayor añoras esos juegos, esa inocencia, esa vida sin preocupaciones en la que tu mayor problema es no saber donde has dejado tu muñeca de turno. Creces. Te das cuenta que la vida no es solo jugar, te das cuenta que hay problemas, dificultades que debes superar. No todo es tan bonito como pensabas. La gente no es tan noble ni tan buena como cuando eras niño, que discutes y a los 10 minutos ya estas con esa persona como si nada. Cuando creces te das cuenta del egoísmo que hay en el mundo, como este se mueve por el interés individual sin importar nada más. Te das cuenta que ese mundo que creías que había era tan solo una bonita utopía. Entonces es cuando de verdad eres consciente de que no tienes 10 años sino unos cuantos más, con las ventajas y desventajas que eso conlleva.
